La franja litoral que va desde la desembocadura del Nalón hasta el valle del río Eo, en la frontera con Galicia, alberga una tierra con historia propia escrita por la influencia de sus pobladores: desde los castros construidos por los primeros habitantes de la región, pasando por los romanos en su incesante búsqueda del oro astur, hasta los emigrantes locales que retornaron de América para edificar las bellas casas indianas y contribuir con la riqueza de su tierra. Todo ello en un territorio rural aún desconocido de aspecto agreste a la par que hermoso.
Las villas marineras se suceden entre espectaculares playas, faros o acantilados ofreciendo al visitante la posibilidad de transitar sus calles empedradas y probar el pescado fresco de la lonja local. En LUARCA, Puerto de Vega o Tapia de Casariego se respira la vida tranquila impregnada del aroma del Mar Cantábrico que tan sólo es interrumpida, a veces, por el ambiente bullicioso de las tabernas portuarias.
Siguiendo el curso de los ríos hacia el interior, como en el PARQUE HISTÓRICO DEL NAVIA , se puede remontar en la historia de la región visitando los yacimientos arqueológicos y museos que permiten entender como vivían los primeros moradores de estas tierras. La naturaleza salvaje acompaña al curso del río escondiendo en su interior infinidad de aldeas, senderos y monumentos naturales como las cascadas de Oneta y Méxica o las Hoces del Esva.
En definitiva, autenticidad, naturaleza y tradición en el Occidente de Asturias.